martes, 29 de noviembre de 2011

“Hacedores de danza deben darle palabras al cuerpo y cuerpo a las palabras” Hilda Islas

“Hacedores de danza deben darle palabras al cuerpo y cuerpo a las palabras”

Durante el Encuentro Nacional de Creación, Identidades y Educación en Danza, que se llevó a cabo en Medellín y que es considerado el evento académico más importante del arte en movimiento, se presentó una de las conferencias más esperadas por los asistentes, ‘Esquizoanálisis de la creación coreográfica. Experiencia y subjetividad en el montaje de las nuevas criaturas’, a cargo de esta reconocida investigadora a nivel mundial.
Hilda Islas, filósofa, bailarina y experta vinculada al Centro Nacional de Investigación, documentación e Información de la Danza del Instituto Nacional de las Artes de México, fue una de las invitadas internacionales al Encuentro, que se realizó hasta ayer, 27 de noviembre.

La experta mexicana presentó durante su ponencia los resultados de su investigación, en la cual buscó abordar el montaje coreográfico como un fenómeno de subjetividad visto desde lo individual, grupal e institucional. “Uno de los grandes desafíos de la danza, y en particular en México, es superar la individualidad y buscar la manera más efectiva para crear relaciones significativas que lleven a la praxis y a la interdisciplinaridad al encuentro real entre la teoría y la práctica”, precisó.

Según Islas, el análisis que comenzó en 2003 y que hoy es referente en varias instituciones académicas de Latinoamérica, partió de una inquietud central: ¿Cómo enunciar y resaltar de manera pertinente la experiencia de un coreógrafo y sus bailarines?, así como dar cuenta de cómo afecta a la práctica de la danza, el contexto político en que se desarrolla (estímulos, mercados, públicos), dado que durante la investigación descubrí que lo que pasaba en los ensayos estaba conectado con las políticas.

La metodología que siguió en la investigación partió del Esquizoanálisis, un concepto presentado por primera vez en 1972 por el filósofo francés Félix Guattari, y tomó como base para su estudio el trabajo de la compañía del bailarín mexicano Serafín Aponte. “Busqué a un grupo que marcara un paradigma entre las compañías independientes de danza en México, y que trabajara por becas. También intenté conectar la lectura de la investigación con el contexto político en que se desarrollaba la agrupación”, recuerda Islas.

Para ella, el apoyo real que puede dar esta investigación es para que los propios agentes, los hacedores de la danza, reflexionen sobre su situación y diseñen sus propias estrategias. “No son tan efectivas las protestas y debates viscerales en donde luego nadie sabe qué pasó. Lo importante es asumir responsabilidades y ver las posibilidades de acción, desde el interior del grupo, desde sus prácticas corporales hasta su circulación”.

“La salida está en poder manejar las situaciones que te pasan y que te atrevas a enunciar lo que te sucede, lo que se está viviendo y ser consciente de lo que te afecta. Si no tienes dudas es difícil aprender”, afirmó.

Otros de los aportes reconocidos al proyecto es que para la compañía fue un trabajo terapéutico, que le permitió descubrir aun más sus realidades, enunciar sus cuestionamientos y sus necesidades creativas. Además, evidenciar que existen muchas posibilidades de diálogo y trabajo corporal. “Creo que el espacio de trabajo de los coreógrafos y los bailarines debe dar la posibilidad de crear, debe buscar el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad”, expresó.

En cuanto a sus nuevas búsquedas investigativas, Islas afirmó: “Los creadores deben tener claro que la experiencia no solo pasa por el lenguaje está en otros espacios, en el cuerpo, en el movimiento, en las imágenes. Ahora estoy trabajando sobre un modelo actual e interesante: la reejecución de la historia de la danza, una apuesta por reconstruir obras a partir de huellas como audios, videos, textos”.

“En sentido estamos trabajando una propuesta a partir de las danzas macabras, una manifestación que tuvo lugar en distintos países de Europa en la época medieval. Partimos de una pregunta eje: Si quisiéramos volver a bailar esto que sucedió en el pasado ¿qué haríamos?. El primer paso fue analizar la documentación que teníamos disponible y proponer una creación coreográfica que también responde a nuestras expectativas creativas y posibilidades históricas”, comentó.

En cuanto al sector de la danza en Colombia, Islas afirmó que descubrió que hay una "gran capacidad de hacer conexiones y de reconocer la diferencia en los procesos creativos. Hay una comprensión valiosa de los bailarines de por qué existe y para qué existe la danza. Es maravilloso porque ustedes dialogan desde las diferentes prácticas dancísticas; a su vez, el sector participa activamente en el diseño de las políticas”.

Sobre el futuro de la academia precisó que hay grandes posibilidades en las asignaturas llamadas “tránsitos” que se encargan de abordar temáticas transversales a las artes y que convocan a la reunión de las diferentes disciplinas.

http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=46226